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De entre las desigualdades que rigen en la sociedad, hay una que afecta transversalmente a todos los estratos sociales y es la que remite a las diferencias entre hombres y mujeres: las desigualdades de género. También el PNUD ha dedicado atención a este aspecto crucial y a las formas de medirlo (ssss1). En el ssss1 se ofrece información de este indicador, referido a los países más y menos equitativos en su distribución.

Recuadro 2

EL ÍNDICE DE DESIGUALDAD DE GÉNERO

El Índice de Desigualdad de Género (IDG) es un índice compuesto que mide la pérdida de logros en tres dimensiones del desarrollo humano: la salud reproductiva, el empoderamiento y el mercado laboral, debido a la desigualdad entre hombres y mujeres. Se calcula a partir de cinco indicadores: la tasa de mortalidad maternal (proporción entre la cantidad de muertes maternas y la cantidad de nacidos vivos en un año determinado, expresada por cada 100.000 nacidos vivos); la tasa de fecundidad adolescente (cantidad de nacimientos de mujeres de 15 a 19 años, expresados por cada 1.000 mujeres de esa misma edad); los escaños en el parlamento (proporción de escaños en poder de las mujeres en una cámara baja o única o en una cámara alta o senado, expresado como el porcentaje del total de escaños); la población con, al menos, educación secundaria completa (porcentaje de la población de 25 años y mayor que ha recibido educación secundaria completa); y la tasa de participación en la fuerza de trabajo (proporción de la población económicamente activa del país que participa en el mercado laboral, ya sea trabajando o buscando trabajo, expresado como porcentaje de la población económicamente activa). El mayor valor en el IDG en 2017 le corresponde a Suiza (con un IDG de 0,039) y el valor con una desigualdad de género más elevada le corresponde a Yemen (con un IDG de 0,834). En términos generales, aquellos países cuyo nivel de desarrollo humano es bajo y está mal distribuido suele ser alta también la desigualdad entre hombres y mujeres. No obstante, la correspondencia no es perfecta y hay países con alto ingreso, pero menor desarrollo humano (como Kuwait o Qatar) y, a la inversa, países con limitado ingreso, pero apreciable desarrollo humano (como Cuba o Tonga); países con apreciable desarrollo humano, pero con niveles de desigualdad relativamente altos (como Brasil, Namibia o Panamá) y, al contrario, países relativamente equitativos, pero con menor desarrollo humano (como Eslovaquia o Bielorrusia); y, en fin, países de alto nivel de desarrollo y destacable desigualdad de género (como Australia, Irlanda o Estados Unidos) y, a la inversa, países que mejoran su posición relativa cuando se considera la equidad de género (como Eslovenia).

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