Читать книгу Valor y capital. Escritos escogidos онлайн
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En su artículo biográfico titulado «Sir John Richard Hicks», John Creedyssss1 contextualiza los comienzos de Hicks señalando que el período en el que llegó a su madurez como economista, la década de los años treinta, ha sido descrita como «los años de la alta teoría», en los que tuvieron lugar muchos nuevos desarrollos e innovaciones, tras la desaparición de muchos de los economistas neoclásicos. Coase, escribe Creedy, señaló que lo que hicieron los economistas de la London School of Economics, principalmente Robbins, Hayek y Hicks, jugó un papel importante en el surgimiento de un movimiento internacional que dio paso a la «edad moderna de la Economía».
Paul Samuelson, con quien Hicks desarrolló una intensa relación intelectual y personal, señala que Hicks fue un economista más importante incluso que su propia elevada reputación (para poner su figura en contexto, en los años cuarenta fue el economista más citado, superando incluso a Keynes) pero que, quizá, no alcanzó todo el reconocimiento que merecía. Samuelson aventura que esto pudo deberse a que Hicks no se adscribió a ninguna de las escuelas económicas de su tiempo y a que siempre mantuvo su independencia intelectual, configurándose como un académico solitario (solitary scholar). Sus cambios de opinión a lo largo de su carrera (su evolución o «conversión», a la que luego aludiremos) son un ejemplo de independencia, de honestidad intelectual y de fortaleza de carácter: un ejemplo también del espíritu crítico y del escepticismo ideológico que es esperable de un académico en general y de un científico de la economía en particular.