Читать книгу Valor y capital. Escritos escogidos онлайн
129 страница из 152
PARTE I
La teoría del valor subjetivo
«La razón también es cuestión de elección».
(El Paraíso Perdido)
Capítulo I
Utilidad y preferencia
1. LA TEORÍA pura de la demanda del consumidor, a la que Marshall y sus contemporáneos dedicaron gran atención, ha sido menos estudiada en el siglo XX. El tercer libro de los Principios de Marshall sigue diciendo la última palabra sobre el tema en lo que respecta a obras en inglés. Ahora bien, la teoría de la demanda de Marshall es sin duda admirable,ssss1 pero es sorprendente que a pesar del tiempo transcurrido su valor no se haya puesto en tela de juicio. Esto sería explicable si realmente no hubiera nada más que decir sobre el tema, y si cada paso en el análisis de Marshall estuviera fuera de toda de discusión. Pero esto no es el caso; varios escritores han dado a entender que no les satisfacía la forma en que Marshall trata el problema,ssss1 y en realidad lo más discutible es el primer paso que da y del que depende todo lo demás.
Primero, recordemos el esquema general del argumento básico de Marshall.ssss1 Un consumidor con una determinada renta monetaria se enfrenta a un mercado de bienes de consumo en el que los precios de los bienes ya están determinados. La pregunta es, ¿cómo dividirá sus gastos entre los diferentes bienes? Por conveniencia, se supone que los bienes están disponibles en unidades muy pequeñas.ssss1 Se supone que el consumidor deriva de los bienes que compra una determinada «utilidad», siendo la cantidad de utilidad una función de las cantidades de bienes adquiridos, y que gasta sus ingresos de manera que le generen la máxima cantidad de utilidad posible. Pero la utilidad se maximizará cuando la unidad marginal de gasto produzca el mismo incremento de utilidad en cada dirección. Si esto es así, una transferencia del gasto de un uso a otro implicará una mayor pérdida de utilidad en el uso donde se reduce el gasto que será compensada por la ganancia de utilidad en el uso donde se incrementa el gasto (según el principio de utilidad marginal decreciente). Por tanto, la utilidad total debe disminuir, sea cual sea la transferencia que se realice. Dado que, si son unidades pequeñas, pueden despreciarse las diferencias entre las utilidades marginales de dos unidades sucesivas de una mercancía, la conclusión puede formularse de otra manera: las utilidades marginales de las diversas mercancías compradas deben ser proporcionales a sus precios.