Читать книгу Interacción entre mediación y arbitraje en la resolución de los litigios internacionales del siglo XXI онлайн

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Junto a las anteriores opciones no debe descartarse la disposición de las partes para negociar un arreglo después de la emisión del laudo. Es cierto que la parte perdedora acostumbra a cumplir los laudos, registrando las estadísticas un alto grado de observancia. No obstante, tras producirse la terminación normal del procedimiento arbitral, concretada con el laudo, es factible una estrategia que evite el tiempo y los costos inherentes a un procedimiento de anulación o de ejecución ante la jurisdicción nacional o extranjera. Es una práctica que cuenta con importantes manifestaciones en el arbitraje internacional aportando nuevas oportunidades a las empresas para encontrar soluciones a sus conflictos, desarrollar nuevas oportunidades y alianzas y mantener las relaciones comerciales recíprocas. Para ello pueden poner en marcha una transacción posterior y alcanzar un acuerdo que modifique el contenido del laudo alterando las condiciones de su ejecución (v.gr., estipulando un plazo diferente, acordando el pago a plazos o acordando un pago reducido, a menudo a cambio de un pronto pago). En muchas situaciones, este tipo de arreglo es conveniente para ambas partes. Para la perdedora puede ser más interesante sustituir la suma de dinero a la que fue condenada por una prestación específica, o un pago aplazado en el tiempo y para la vencedora, renegociar el laudo puede ser más interesante que perder tiempo y dinero en abogados para poner en marcha el despacho de ejecución. Además, la negociación del laudo puede alentar a las partes a nuevas formas de colaboración para nuevos negocios y mantener así la relación negocial existente en el pasado.

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