Читать книгу La Seguridad Hídrica. Desafíos y contenido онлайн

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Conviene referirse ahora brevemente, para acabar de precisar la singularidad de la SH en su concepción actual, a cómo en sus orígenes la idea de conflicto armado por el agua entre Estados estaba muy presente en el contexto histórico que precedió a la aparición de la expresión en 2000ssss1. Se recordaba muchas veces por entonces la frase atribuida a Ismail Serageldinssss1 acerca de que las guerras del futuro lo serían por el agua, así como las del pasado lo habían sido por el petróleo. En ese marco se trataba de conseguir la SH para evitar el conflicto armado que se veía como más que probable en la búsqueda (o captura) del elemento imprescindible, el agua, para fundamentar en él la posibilidad de desarrollo autónomo por una nación de vida social y económicassss1.

Es evidente que el conflicto armado ha estado presente en muchas disputas por el aguassss1 y lo seguirá estando, lamentablementessss1, pero también es cierto que no pueden olvidarse, en modo alguno, la amplia multitud de Acuerdos y Tratados suscritos entre Estados sobre la utilización del agua en las cuencas compartidasssss1, pactos que si no excluyen definitivamente, sí que hacen mucho más difícil que puedan surgir disputas armadas, como las tradicionales, por esas aguasssss1. Cuestión distinta es la de los conflictos armados protagonizados por grupos terroristas que investigaciones específicas demuestran que se incrementan en la actualidad señalando cómo el cambio climático –y sus consecuencias específicas en muchos frentes, como la afección sobre las aguas que es lo que aquí interesa– tiene un papel muy importante sobre el surgimiento y desarrollo de esas continuas accionesssss1. Precisamente la legislación española sobre infraestructuras críticas tiene que entenderse también, entre otras consideraciones, en relación con esa susceptibilidad de riesgo por ataque por grupos que hacen del terror su razón existencialssss1.