Читать книгу Un mensaje de @Dios para ti. Lecturas devocionales para jóvenes онлайн

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El 12 de agosto de 2000, el submarino participaba en unos ejercicios de rutina. Según el escenario, tenía que atacar un grupo de portaaviones. El ataque debía comenzar a las 11:30 a.m. Pero en vez de un lanzamiento de torpedo, a la hora señalada se produjo una explosión. El torpedo detonó dentro del sumergible, provocando la explosión del resto de las municiones. A causa de esta explosión, el grueso casco del Kursk, capaz de soportar el impacto de un torpedo, se deformó cubriéndose de pliegues y agujeros. Casi toda la tripulación murió al instante. Los 23 sobrevivientes se encerraron en los compartimientos de atrás. El teniente capitán Dmitri Kolésnikov escribió pocas horas antes de su muerte: «12:08… No hay luz para escribir, pero trataré de hacerlo a tientas. Parece que no tenemos muchas probabilidades de supervivencia. Espero que alguien lea estas líneas. Aquí viene una lista de quienes nos encontramos en los compartimientos ocho y nueve, y trataremos de salir. Saludos a todos. No se desesperen. Kolésnikov».

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