Читать книгу Daniel. Una guía para el estudioso онлайн

14 страница из 107

Hay una razón para seguir este orden de pensamiento; no se trata de la selección arbitraria de un comentador moderno que sencillamente desea hacer algo diferente. En el pensamiento europeo occidental moderno, razonamos de causa a efecto. Recogemos nuestros datos y lo sintetizamos en una hipótesis, entonces refinamos esa hipótesis y la tornamos en una teoría. Ese es el proceder del método científico moderno.

Pero los antiguos no eran modernos, ni eran científicos, por lo cual ellos manejaban las cosas de otra manera. Si bien eran suficientemente capaces de manejar las cosas cronológicamente como lo hacemos nosotros, también utilizaban un enfoque que involucraba razonar del efecto a la causa. Los profetas podían representar una escena de tal manera que sus oyentes fueran llevados a pensar, “¿por qué ocurrió esto?” Esta pregunta los llevaba de vuelta a la causa. Un profeta inspirado podía decir “esta tierra será destruida y quedará desierta”, haciendo a los oyentes regresar a la pregunta: “¿Por qué será destruida esta tierra?” La respuesta a esa pregunta comúnmente yacía en el hecho de que la gente a quienes el profeta era enviado eran personas rebeldes e impías, que habían quebrantado su pacto con Dios. Para un ejemplo de este enfoque, véase Jeremías capítulos 4 al 7 y Miqueas capítulo 1. La impiedad era la causa y la desolación era el resultado, pero el profeta daba primero el resultado para posteriormente llevar a sus lectores a una discusión de la causa.

Правообладателям