Читать книгу La ruralidad que viene y lo urbano. Un despertar de la conciencia онлайн

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En Colombia, el modelo ha tenido expresiones perversas, reflejadas en procesos como el despojo masivo de tierras, el desplazamiento forzado de los pobladores rurales y el desconocimiento de los acuerdos que se han emitido en defensa del reconocimiento de los derechos y posibilidades de desarrollo de las sociedades campesinas en sus diversas manifestaciones. En el ámbito internacional, esto se ha evidenciado recientemente en decisiones como la negación de Colombia, a finales del año 2018, para firmar la Resolución de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos. Esos actos políticos e institucionales son coherentes con la concepción vigente bajo la cual se desprecia, desvaloriza y no se reconoce lo rural como un escenario estratégico para el desarrollo.

La ruralidad actual en Colombia está cooptada por el mercado y los diferentes grupos ilegales y de agentes concentradores de recursos y poder (Revéiz, 2016). Está ahogada por una cooptación perversa que no la deja respirar y no les permite a sus habitantes y sus actividades ser valorados y reconocidos por el resto de la sociedad. Pero además, el Estado la ha mantenido subvalorada en las políticas públicas y las consideraciones sobre el desarrollo. Existen así muchas razones para emprender un proceso de cambio en lo rural y sus relaciones con lo urbano. Entre las principales, podemos señalar:

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