Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

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Seguro que tendría poco que ver.

Obviamos que hasta la cronología que utilizamos es arbitraria. ¿No nos damos cuenta, siendo tan obvio? Atribuimos el rigor a decisiones dadas por buenas, pero que son caprichosas. ¿Por qué asumir que hay que nombrar desde la mirada de los reyes europeos, en lugar de cualquier otra mirada -de las muchas posibles-? ¿por qué no utilizar la de las mujeres? ¿la de los brujos? ¿quizá la de los esclavos?

En fin, dejémoslo. Para poder avanzar no disponemos de materiales que estén clasificados y ordenados de otra manera.

Aun así, evitemos engañarnos: el relato oficial es solo uno de los muchos posibles que podrían haber sido construidos.

Tres años después de Póo, otros dos portugueses -Juan de Santarem y Pedro de Escobar- vivieron una escena muy similar 670 kilómetros más al sur. Es probable que el barco en el que viajaban fuera también propiedad del mismo comerciante (es lo que tienen los monopolios). Otra isla igualmente selvática, montañosa y también con un clima de mierda para vivir en ella. Más pequeña.

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