Читать книгу Cara a cara con el diseño. Por el progreso del diseño gráfico y de la sociedad онлайн

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El ejemplo más expresivo en este campo tal vez sea el eslogan célebre de Marshall McLuhan «El medio es el mensaje», una contradicción en los términos, una afirmación provocativa en la que pocos entendieron otra cosa que la que dice literalmente. Este tipo de declaraciones crea confusión, atrae la atención de la audiencia y, en realidad, no contiene ninguna información útil. Crea más confusión.

En el caso del diseño gráfico, cito literalmente a amigos que aprecio –y espero que no se enojen por eso–: «Todo es diseño», «Todos somos diseñadores» (Ezio Manzini, de quien publiqué en español su libro La materia de la invención. Ceac, Barcelona, 1993). «Todo lo que nos rodea, que no es de naturaleza salvaje, está diseñado» (Jordi Montaña). Si todos somos diseñadores y lo que no es de naturaleza salvaje ha sido diseñado, la devaluación semántica del término es evidente: la lista de la compra o abrocharse los zapatos es diseño, ya que no es de naturaleza salvaje. «Las redes de voluntarios organizándose para repartir comida a personas vulnerables. Todo esto es diseño» (Alice Rawsthorn). Los de Cáritas no sabían que son diseñadores. De hecho, seamos razonables, la iniciativa de los voluntarios es, ante todo, un hecho humanitario y, en segundo lugar, una cuestión logística.

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