Читать книгу El secreto de la tierra y los primeros dioses онлайн

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En ese momento, fue el rey quien sujetó a su general. De la boca del hombre comenzó a brotar sangre, hasta que se desplomó en sus brazos. De inmediato, el rey lo recostó sobre la tierra húmeda y ensangrentada, mientras los soldados se acercaban para cubrirlo con sus escudos formando un perímetro.

Ahogándose en su sangre, Seodher sabía que pronto se encontraría con Hades.

—Mi hijo… cuida a mi hijo… —susurró con debilidad.

—Tu hijo te visitará en el inframundo, pues él tomará tu lugar. Y su hijo tomará el de él. Pues los hijos de Ur reencarnan en guerreros hasta cumplir la misión que su rey les ha encomendado.

Con ira en el corazón, Seodher utilizó sus últimas fuerzas para intentar golpear a Sephnas, quien le sostuvo los brazos con firmeza mientras lo veía morir.

Humillado y derrotado, el rey huyó de regreso a la ciudad de Ur, con solo dos mil quinientos de los treinta y seis mil soldados que lo acompañaron en su cruzada. Detrás de ellos, el gran ejército de Kah avanzó en busca de venganza, tratando de terminar lo que Sephnas comenzó.

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