Читать книгу El secreto de la tierra y los primeros dioses онлайн

5 страница из 39

Luego de una breve batalla, y a pesar de los esfuerzos de los urimerios, las murallas de Ur fueron penetradas y la ciudad ardió en llamas, tal y como había sucedido en los sueños de Sephnas.

Mientras los soldados enemigos intentaban abrir las puertas del castillo de Yahveh, ubicado en el centro de la ciudad, un destello de luz atravesó las ventanas y nubló la vista de todos en la ciudad. De pronto, la luz tomó forma y despojó de sus almas a los soldados y bestias enemigas que se encontraban tanto dentro como fuera de las murallas. El misterioso resplandor dejó con vida tan solo a Khalimer, rey de Kah, y a una fracción de su caballería, quienes observaban lo sucedido desde la distancia.

Los habitantes y soldados de Ur, llenos de dudas y temerosos de aquel poder, se dirigieron al palacio y encontraron al rey Sephnas y la reina Helena muertos a los pies de un enorme cristal.

Como una estrella bajada del cielo, el cristal iluminó el castillo, expulsando su intensa luz blanca a través de los ventanales y vitrales. Algunos aseguraron que se podían escuchar voces desde el interior, muchos pensaron que en él estaban encerradas las almas de los reyes. Por tal motivo, el guardián del castillo de aquel entonces, Abithur de Brienth, decidió dejar el cristal en la cima para recordarnos que los reyes del pasado nos vigilan y protegen.

Правообладателям