Читать книгу El falo enamorado. Mitos y leyendas de la sexualidad masculina онлайн

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Casanova es muy distinto a Don Juan, porque ama a las mujeres que conquista y ellas lo aman a él y se entregan con un amor infinito. La figura del padre no cuenta para Casanova y, como Don Juan, no tiene descendencia, mientras que Edipo, tiene padre y tiene hijos. A diferencia de Don Juan y de Casanova, Fausto encuentra su camino hacia la mujer en un pacto con el diablo y así logra el acceso al placer sexual, sin renunciar al saber. El saber no puede alcanzarse sin el goce. La premisa universal es la existencia del falo como referente en los dos sexos.

La sexualidad del varón, afirma Fendrik, es tan enigmática como la sexualidad de la mujer, y ambos intentan responder a la eterna disyunción madre-puta.

La de Casanova es una entrega sin cálculo y algo del amor está conjugado, no disociado, con la sexualidad, aunque este logro sea fugaz y nunca permanente, porque cuando da todo sobreviene la pérdida y tiene que volver a empezar. Casanova sabe que la condición de su libertad es perder a la mujer amada, para así recomenzar, donde el amor, como dice Lacan, es dar lo que no se tiene a alguien que no lo es.

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