Читать книгу El pensamiento crítico desde Sudamérica. Tres años de "Huellas de Estados Unidos" онлайн
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Para Fiedler, los relatos del Oeste son alegatos a favor de la violencia extralegal como bastión de la verdadera justicia frente a una autoridad corrompida. Si pensamos en la situación que representa The Alamo (1960), la justicia —falsa, corrupta, tirana— estaba en manos de Santa Anna. De allí que el combate por la futura Texas no sea leído como una usurpación, sino como un deber. Dentro de este esquema, se plantea al hombre occidental como sostén de normas de comportamiento para los cultos y civilizados del Norte y del Este. El westerner es en esta aventura fabulosa de la historia norteamericana, el héroe que —aún sin quererlo— pelea por el triunfo del bien, la virtud y la verdadera justicia.
Cuando Will Wright determina la estructura del género, establece que el héroe es un extranjero para la comunidad que salva, y a lo largo de la historia va incorporándose en ella. Este concepto de hombre solitario, se repite una y otra vez a lo largo de la bibliografía. Para Astre el hombre occidental es aquel aventurero que va constantemente en búsqueda de algo nuevo, y que, en ese camino sin rumbo al encontrarse inesperadamente con un ser en peligro, adquiere un compromiso que lo une con el grupo. En The Alamo (1960), Crockett es el héroe por antonomasia que vagabundea con su pandilla. Ellos deciden luchar por la tierra y la vida de los colonos en cuanto se enteran de la ofensiva de Santa Anna y en ese proceso se incorporan a la sociedad texana. En este sentido, nuestra película cumple con los arquetipos comúnmente explicados.