Читать книгу Nuestra asignatura pendiente онлайн

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Un poco más tarde, después de embarcar y sentarse en el avión, Emily abrió el bolso y sacó la brújula. Acarició el borde de bronce con el dedo. Era preciosa: las agujas negras contrastaban con el marfil del fondo, donde aparecía dibujada la rosa de los vientos. No sabía de qué época sería, eso era la especialidad de Kyle, aunque supuso que debía tener alrededor de cien años. El material con el que estaba hecha le recordaba al antiguo reloj de bolsillo de su abuelo Ricardo. Mientras observaba la brújula y la cabeza se le llenaba de posibles escenas e historias, se dio cuenta de que ni siquiera le había dado las gracias a Kyle por el regalo. Se sintió mal al respecto, no solo porque era de buena educación, sino porque realmente le había gustado.

Miró el objeto otra vez antes de volver a guardárselo en el bolso y activó el modo avión del móvil; después dejó el equipaje en el suelo, tal como había indicado la azafata durante la explicación de las normas para el despegue. Se abrochó el cinturón de seguridad y observó su propio reflejo en la ventanilla. La mirada pronto se le perdió en el infinito y la mente empezó a darle vueltas a todo lo que había vivido hacía apenas una hora y a las intensas emociones que había experimentado.

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