Читать книгу Si persisten las molestias. Noticias de algunos casos de ceguera ilustrada онлайн
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Prólogo
Sobre el progreso de nuestra ignorancia
No es novedad que funcione mal el sistema de administración de justicia, no es novedad el desempleo ni que el salario mínimo sea insuficiente, no es novedad que haya acusaciones de corrupción, no es novedad la desconfianza hacia los partidos políticos ni que el futuro de la economía sea dudoso. Y sin embargo, es difícil deshacerse de la sensación de que hay algo nuevo en la situación actual del país. Es grave, como lo fue en 1982, en 1995, pero hay un clima de desconcierto, de desorientación, que no había entonces.
Algo relativamente nuevo también, cuya importancia no es fácil de calibrar, es la decadencia de las élites. Todas: las élites económicas, políticas, académicas, culturales. Seguramente hay, por partes iguales, ignorancia, ineptitud e indiferencia –y todo ello habría que explicarlo. En lo que puede verse, hay una sorprendente incapacidad para reaccionar con sensatez, e imaginar soluciones para cualquiera de los problemas. Acaso sea el rasgo más dramático: en el espacio público no hay ni siquiera el esbozo de un futuro distinto. Y nos hemos acostumbrado a una nueva normalidad de 20,000 homicidios al año, de un salario mínimo de cuatro dólares diarios, una economía informal que es más de la mitad del producto, cotidianas acusaciones de corrupción, crecimiento mediocre, elecciones que ahondan la crisis de legitimidad, sistemas de educación y de salud pública arruinados, y un turno de figuras políticas, a cual más desacreditada.