Читать книгу Noche sobre América. Cine de terror después del 11-S онлайн
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ssss1 Confróntese la repugnancia que implica en Prometheus la pérdida de la identidad física con el enriquecimiento espiritual que, para los humanos de Avatar (James Cameron, 2009), supone abandonar el propio cuerpo para fundirse con el de los extraterrestres o con el espíritu panteísta de Pandora. La comparación ilustra lo dicho por Kawin (2004: 7): «la ciencia ficción se abre al potencial liberador de lo inhumano, uno puede aprender de ello, viajar con ello […]. El terror está fascinado con las transmutaciones entre lo humano y lo inhumano (el hombre lobo, etc.), pero las características inhumanas imponen la destrucción de manera contundente».
ssss1 Si hay algo de prometeico en Prometheus, sólo puede ser el castigo por el ansia de saber, la condena por haber robado a los dioses la techné. Del mismo modo que la Pandora de Hesíodo es un castigo para el hombre porque su vientre está maldito —hambriento, tirano, seductor, absorbente—, la condena de nuestros creadores no será otra que la de convertir el cuerpo masculino en un vientre gestante de abominaciones que lo desgarran —como el águila— desde sus entrañas.