Читать книгу Transpersonalismo y decolonialidad. Espiritualidad, chamanismo y modernidad онлайн

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ssss1. La literatura de cordel es un género popular hecho en verso y de origen tanto escrito como oral. Recibe tal nombre por haber sido distribuida en los llamados “pliegos de cordel”, cuadernillos impresos sin encuadernar y exhibidos para su venta en tendederos de cuerdas. Tuvo su origen en la península ibérica, siendo exportada a las colonias de España y Portugal, y arraigando de forma especial en Brasil. Narraba temas populares elementales, desde sucesos cotidianos hasta episodios históricos, legendarios o religiosos. Se desarrolló especialmente en la región nordeste, en los estados de Pernambuco, Paraíba y Ceará.

ssss1. Recordemos, además, que la revolución haitiana (1791-1804) fue el primer movimiento revolucionario de América, donde se dio la única rebelión de esclavos exitosa de la historia, que luego apoyó con armas y hombres al mismísimo Simón Bolívar para que este reemprendiera la lucha independentista de América del Sur, después de tocar fondo en Jamaica, y donde la medicina tradicional, la religión vudú, sus houngan y mambo (chamanes varones y mujeres) tuvieron mucha relevancia. Las potencias del Norte global no perdonaron jamás aquella afrenta –y los cuestionamientos al sistema-mundo moderno colonial de los intelectuales haitianos que siguieron– incluso hasta hoy. Siempre nos ha asombrado que en las facultades y escuelas de antropología no se recuerde al antropólogo y diplomático Joseph-Anténor Firmin, calificado por José Martí como un “hombre extraordinario”, quien refutó en su propia época al conde de Gobineau, respondiendo a la célebre obra Sobre la desigualdad de las razas humanas (1853) del filósofo racista con su libro De l’égalité des races humaines de 1885, donde afirma que “todos los hombres tienen las mismas cualidades y faltas, sin distinción de color o formas anatómicas. Las razas son iguales” (Firmin, 2011: 91), además de predecir que en menos de cien años un presidente negro podría gobernar el país más poderoso del mundo, Estados Unidos (en aquel entonces una democracia esclavista y por lo tanto no auténtica), hecho que se cumplirá recién en 2009 con su 44° presidente, Barack Obama. Hoy sabemos también que Firmin estuvo presente en una sesión de abril de 1892 en la Sociedad de Antropología de París (fundada por Paul Broca) cuando se discutía aquella espantosa cuestión de la clasificación de cráneos, braquicéfalos o dolicocéfalos, poniendo en evidencia las absurdas argumentaciones de los sabios blancos. Su libro contiene una memorable frase final: “Yo tengo el derecho a decirle a esta antropología mentirosa: ¡no!, tú no eres una ciencia”. Por eso proponemos que, en cada escuela de antropología de América Latina, exista un cuadro con su efigie.

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