Читать книгу Dios te salve, Reina y Madre. La Madre de Dios en la Palabra de Dios онлайн

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Esa doctrina, de hecho, era esencial para una de las ideas centrales de Ireneo: lo que llamaba recapitulación de la creación en Cristo. Apoyándose en San Pablo, escribió que cuando Cristo «se encarnó y se hizo hombre, recapituló en sí mismo la larga historia del hombre, resumiendo y dándonos la salvación de forma que pudiéramos recibir de nuevo en Cristo lo que habíamos perdido en Adán... esto es, la imagen y semejanza de Dios»[5].

Como San Juan, Ireneo vio el importante lugar que ocupa la nueva Eva en esta recapitulación. «El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María. Porque lo que la virgen Eva había fuertemente ligado con su incredulidad, la Virgen María lo desligó con su fe»[6]. Seguidamente, San Ireneo contrapone la obediencia de María con la desobediencia de Eva, analizando los textos de la Sagrada Escritura.

En un libro posterior, desarrolló aún más esa idea: «si aquella [Eva] había desobedecido a Dios, ésta [María] se inclinó a obedecerle, y así la Virgen María vino a ser la abogada de la virgen Eva. Y tal como el género humano fue llevado a la muerte por una virgen, así fue desligado por una virgen»[7]. En este punto, la reflexión de Ireneo acerca de María como abogada (que vuelve a tomar en su Demostración de la enseñanza apostólica) sugiere, al menos a este lector, su poder intercesor en Caná[8].

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