Читать книгу Los profesores de Segunda Enseñanza en la Guerra Civil. Republicanos, franquistas y en la "zona gris" en el País Valenciano (1936-1950) онлайн

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Antes de terminar la contienda, el primer ministro de Educación franquista, Pedro Sainz Rodríguez, el más fiel continuador de la obra de Menéndez Pelayo, plasmó en la base doctrinal del nuevo sistema educativo su ideario y puso en marcha una exhaustiva labor de purga en la enseñanza para librarse de los nuevos heterodoxos.17 De manera que la obra de Menéndez Pelayo se convirtió, muchos años después de haber sido escrita, en una contribución definitiva a la hora de identificar al enemigo interno en el franquismo. La disidencia se identificó después de la Guerra Civil con la anti-España y bajo el mismo paraguas se incluyeron a socialistas, comunistas, anarquistas, nacionalistas, feministas, defensores de la Institución Libre de Enseñanza, laicistas, ateos, etc. Estos nuevos heterodoxos fueron vistos no solo como disidentes sino como enemigos, y por lo tanto el Estado procedió inquisitorialmente en su contra a través de distintas instancias como el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, los Tribunales de Responsabilidades Políticas, las Comisiones de Depuración Laboral, el Sistema Penitenciario, etc.

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