Читать книгу Los profesores de Segunda Enseñanza en la Guerra Civil. Republicanos, franquistas y en la "zona gris" en el País Valenciano (1936-1950) онлайн
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La República había hecho un esfuerzo considerable para aumentar el número de institutos. En Madrid, antes de la guerra solo había cuatro centros públicos de enseñanza secundaria. Desde 1845 existían el Instituto San Isidro y el Instituto Cardenal Cisneros; en 1918 se había fundado el Instituto Escuela y en 1929 el Instituto Infanta Beatriz, femenino. En el País Valenciano la situación era similar. Existía el Luis Vives de Valencia desde 1851 y los institutos provinciales de Castellón y Alicante desde 1846 y 1845, respectivamente, así como el de Requena, fundado en 1928.
El objetivo del Ministerio de Instrucción Pública de crear nuevos institutos se volvió una necesidad acuciante como consecuencia de la aprobación de la Constitución de la Segunda República el 9 de diciembre de 1931. En su artículo 25 establecía: «Quedan disueltas aquellas Órdenes religiosas que estatuariamente impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes». Igualmente señalaba que las demás órdenes religiosas quedarían reguladas por una ley especial votada por las Cortes y que se ajustaría a seis supuestos, uno de los cuales establecía la prohibición de ejercer la industria, el comercio o la enseñanza. Su aprobación significó la abolición de la Compañía de Jesús por el Decreto de 23 de enero de 1932 del Ministerio de Justicia, que regulaba la disolución de la Orden de los jesuitas y especificaba que los bienes de la compañía pasaban a ser propiedad del Estado.25 La repercusión que tuvieron estas disposiciones en el ámbito educativo fue inmediata, ya que centenares de alumnos de los centros religiosos se vieron en la calle.