Читать книгу María Cambrils. El despertar del feminismo socialista (biografía, textos y contextos (1877-1939) онлайн

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Y efectivamente, fue el nuevo contexto democratizador de la Segunda República el que posibilitaría a partir de 1931 la concreción y traducción en ley de estas demandas, desde la definición democrática e igualitaria del nuevo régimen, y desde la necesidad de incorporar a las mujeres a la nueva nación, la República. Proclamada la Segunda República, muchas de las propuestas anteriores se comenzaron a plasmar en un amplio programa político. Un programa que había ido elaborándose de forma intermitente, y que contemplaba múltiples objetivos. Entre ellos, el sufragio, conseguir para las mujeres la plena condición de ciudadanas, y su vinculación política con la causa republicana. Así, en el debate político de estos años en torno a la ciudadanía femenina y al sufragio, la postura oficial del socialismo español –con evidentes excepciones, entre ellas, la de Indalecio Prieto– fue de apoyo al sufragio femenino, tanto por principios igualitarios y democráticos como por razones electorales. Este apoyo, aunque tuviese también un sesgo electoralista, partía de la idea de que el voto femenino de la clase obrera –al igual que el masculino– iría en su dirección.

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