Читать книгу María Cambrils. El despertar del feminismo socialista (biografía, textos y contextos (1877-1939) онлайн

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En El Porvenir del obrero volvió a publicar un artículo en octubre de 1906. En éste dejaba la siguiente sentencia:

Para la conquista y afianzamiento de la libertad individual se necesita del esfuerzo colectivo. Sin el auxilio de las colectividades no es posible llegar, no se llegará nunca, a la integral liberación del hombre.ssss1

El 5 de noviembre de 1906 Alarcón seguía en la celular de Madrid, ahora ya en el departamento de presos políticos. Hacía ocho meses que estaba detenido y pendiente del juzgado de la Concepción de Barcelona, acusado de injurias al rey. Por tanto, Alarcón no entró en el cupo de los periodistas indultados por las injurias a la monarquía y seguía condenado a ocho años de prisión.ssss1 Estuvieron encerrados por el mismo delito, José Nakens, Ferrer, Mata, Acevedo y Bermejo. Desde la cárcel modelo de Madrid volvió a escribir a finales de diciembre, quejándose del papel político y social de los republicanos, acusándoles de farsantes.ssss1

A finales de diciembre fue trasladado a la prisión celular de Barcelona, donde se le había de juzgar por otro delito de lesa majestad por un artículo publicado en el desaparecido Productor. Allí, en la celda 416 de la 4ª galería, podía recibir las comunicaciones de sus compañeros. Detenido de nuevo en Madrid en abril de 1907, Alarcón estuvo preso junto a Pedro Barrantes. Éste escribe, a su salida, un artículo en El País con el título irónico de «Mi veraneo», en el cual cuenta los días que pasó encarcelado junto a Alarcón, Cueto, Sola y Fernández: «cuatro libertarios, todos pendientes de causa». Sobre el oficio de Alarcón da una pista Barrantes, pues lo caracteriza como obrero albañil y lo describe así:

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