Читать книгу De mujeres y partos. Matronas y cambio social en la segunda mitad del siglo XX онлайн
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Desde el feminismo se planteó el paralelismo que se producía con la disciplina antropológica en cuanto al concepto de androcentrismo, que había generado una serie de sesgos relacionados con el sujeto que estudia –selección y definición del problema–, con la sociedad observada y, en tercer lugar, con las categorías, conceptos y enfoques teóricos utilizados en una investigación. Para resolver estos problemas se incluyó la perspectiva de las mujeres en dichas investigaciones, adoptando el género como categoría de análisis (Maquieira, 2001, pp. 128-129), procedente del debate feminista americano. Como sabemos, J. Scott (1990) definió el género como un modo de pensar y analizar los sistemas de relaciones sociales como sistemas también sexuales y una manera de señalar la insuficiencia de los cuerpos teóricos existentes para explicar la persistente desigualdad entre mujeres y hombres: “...una construcción cultural y social que se articula a partir de las definiciones normativas de lo masculino y de lo femenino, la creación de una identidad subjetiva y las relaciones de poder tanto entre hombres y mujeres como en la sociedad en su conjunto” (Scott, 1990, p. 43).