Читать книгу Y de pronto... ¡Un latido! онлайн

2 страница из 4

Nuestra pequeña protagonista se llamaba Cira, que significa sol, y el nombre le iba que ni pintado: ¡Cira desprendía luz y calor! Cira tenía muchos amigos, pero sin ninguna duda su mejor amigo era Dafoe, su oso de peluche, que siempre estaba con ella para compartir aventuras y para protegerla por las noches de los monstruos que habitaban debajo de la cama.

Cuando esta historia ocurrió, Cira acababa de cumplir ocho años. Aquel día, como cada día, se había levantado, se había vestido, había desayunado y había ido a la escuela con sus amigos. Pero ese día fue distinto. Cuando estaba en el recreo, Cira notó de repente un fuerte dolor en el pecho. ¡Qué sensación tan extraña!

Al llegar a casa, les contó a sus padres lo ocurrido, y estos, preocupados, decidieron llevarla al médico.

Cira pasó un montón de tiempo en el hospital haciéndose aburridas pruebas. Le pusieron pegatinas en el pecho, le hicieron correr en una cinta que no llegaba a ninguna parte…, ¡y hasta la metieron en un tubo gigante que parecía una nave espacial!

Правообладателям