Читать книгу Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias онлайн

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¡Cuántas reacciones violentas y viriles, cuántas guerras fratricidas se habrian evitado no ofendiendo a esos sentimientos primarios instalados en lo profundo de la espontaneidad de un pueblo!

Parecia más bien un empeño de los politicos herir y ofender siempre esos sentimientos, como si se propusiesen fomentar o crear los separatismos.

Si sabemos aplicar la concepción auténtica de José Antonio, quedará para siempre curado el mal.

Ese mismo curso recogen los Anales una conferencia del catedrático de filosofía de instituto Féliz García Blázquez, titulada «La nación como comunidad de existencia» que dedica a su amigo Ramiro Ledesma Ramos.20 Un tercio de sus treinta y siete páginas las dedica a hablar de la universidad y luego define la nación en negativo, lo que no es, para terminar tras ejemplos patrióticos –la última guerra contra el francés– exaltando la raza, principio real de la nación, la libertad y el «genio»: «porque si una nación no pone sus fines propios para el ejercicio de la voluntad es que carece de genio, carece de espiritu. Puede tener buena base racial, pero es una raza torpe, en definitiva bárbara, que carece de genio auténtico, esclava de sus pasiones … España que viene dando tumbos hace siglos, nación con su genio dormido, tiene ahora Ia ocasión de desperezarse, de desentumecerse, como se despierta la vida a los anuncios del dia. El genio nacional debe ahora conocer su aurora».21

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