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Hijos, cuanto os rodea está diciendo la noble sangre de que procedéis. Pudimos vivir sin honor, pero hemos preferido una muerte honrosa antes que condenar a la infamia vuestros nombres y nuestra posteridad, y cubrir de vergüenza a nuestros padres y a nuestros mayores. Hemos creído que el que deshonra a los suyos no merece vivir, ni puede ser amado por los dioses, ni por los hombres, ni en este mundo, ni en el otro. Recordad siempre nuestras palabras, y no emprendáis nada sin que tengáis de vuestra parte la virtud, persuadidos de que sin ella todo lo que se adquiere, todo lo que se sabe, se convierte en mal e ignominia. Las riquezas no dan lustre a la vida de un hombre sin valor; es rico para los demás, pero no para sí mismo. La fuerza y la belleza del cuerpo no tienen ningún mérito en el hombre tímido y sin corazón; son prendas impropias que le ponen más en evidencia, y ponen más en claro su cobardía. El talento mismo, separado de la justicia y de la virtud, no es más que una despreciable habilidad y no la sabiduría. Que la herencia de honor que os dejamos nosotros y vuestros abuelos, sea objeto de vuestros primeros y últimos cuidados, y procuréis acrecentarla, porque de lo contrario, si os excedemos en virtud, esta victoria será un baldón vuestro, mientras que la derrota sería nuestra felicidad. He aquí cómo podréis sobrepujarnos y vencernos; no abuséis de la gloria de vuestros padres, no la disipéis, y sabed que nada es más vergonzoso para un hombre, que tiene alguna idea de sí mismo, que presentar como un título a la estimación, no sus propios méritos, sino la nombradía de sus abuelos. La gloria de los padres es sin duda para sus descendientes el más bello, el más precioso tesoro, pero gozar de ella sin poder trasmitirla a sus hijos, y sin haberle añadido nada por sí mismo, es el colmo de la abyección. Si seguís mis consejos, cuando el destino haya marcado vuestro fin, vendréis a uniros con nosotros, y os recibiremos como los amigos reciben a sus amigos; pero si los despreciáis, si habéis degenerado, no esperéis de nosotros buena acogida. He aquí lo que tenemos que decir a nuestros hijos.

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