Читать книгу Las rutas de la seda en la historia de España y Portugal онлайн
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El peso abrumador de las cargas impositivas, que llegaron en 1686 a los 22 reales por libra de seda producida,ssss1 además de los abusos cometidos por los propios arrendadores, los comerciantes y las élites, provocaron, junto a otros factores, el abandono o la desidia de los cultivadores, que preferían ocuparse de otras actividades menos gravosas y la consecuente reducción de la producción de seda en rama. Esto llevó a establecer el encabezamiento de la renta de la seda ese mismo año, aunque manteniendo el sistema de arrendamiento.ssss1 Sin embargo, la idea no era nueva, pues ya hacia 1618 Luis de Córdoba sugería en sus memoriales esta solución a los problemas que agraviaban a los cultivadores de la seda, aunque sin éxito.ssss1 Poco sabemos del encabezamiento iniciado en 1686, exceptuando que supuso una rebaja en la presión fiscal sobre el producto, ya que se cobraron una media de 15 reales y 12 mrs. por libra, aunque con escasos efectos en la producción y en el cobro de la renta; el nombre de algún arrendador, como Juan Hidalgo Blanco hacia 1720ssss1 o la Real Compañía de Granada para los años 1747 y 1748;ssss1 la definitiva sustitución del sistema de arrendamiento por el de administración directa en época de Fernando VI;ssss1 y su fin en 1776, dándose una bajada de los derechos de la seda a 2 reales por libra, pagados por el comprador, hasta su completa desaparición en 1801.ssss1