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Más recientemente, los trabajos de Galán Sánchez y Peinado Santaella, sobre la incidencia de la pérdida poblacional tras la conquista y sus implicaciones en la producción sedera;ssss1 Castillo Fernández y Muñoz Buendía sobre la evolución de la hacienda castellana en el reino granadino;ssss1 y García Gámez sobre las rentas iniciales,ssss1 la situación de los arrendamientos en el tránsito del siglo XVI al XVII,ssss1 las consecuencias del levantamiento morisco y el proceso repoblador a finales del siglo XVIssss1 y la situación de las alcaicerías tras el levantamiento morisco,ssss1 suponen las últimas aproximaciones al fenómeno. En los últimos años los trabajos de Soria Mesa, Ortega Cera y Girón Pascual sobre la prosopografía de los arrendadores y sus compañías y los mercaderesssss1 constituyen nuevas líneas de investigación de acercamiento al tema. En conjunto, nos dan una visión más próxima, aunque todavía incompleta, de la situación en el sector sedero para el siglo XVI.

Caso distinto es la bibliografía para los siglos XVII y XVIII. La evolución durante el periodo de los Austrias menores presenta amplias lagunas en todos los ámbitos. Para el aspecto específico de la renta de la seda, apenas sí conocemos los nombres de los arrendadores que se encargaron de esta renta y las cantidades que se contrataron en los arriendos (no ya las que se consiguieron cobrar), todos ellos dentro de la primera mitad del siglo XVII. Tampoco tenemos noticias concluyentes de la actividad sedera durante el periodo, debiendo contentarnos con las escasas referencias que nos hablan de una situación caracterizada por la recuperación, pero sin llegar al esplendor de tiempos anteriores. Singular es el profundo vacío que encontramos en el periodo central del Seiscientos, ya que la bibliografía pasa directamente desde los primeros años de la década de los cuarenta a los acontecimientos que se inician alrededor de 1680. Por lo tanto, escasez, dispersión y amplios periodos de sombra (por no decir de oscuridad) conforman el paisaje de nuestros conocimientos historiográficos, siendo escasísimas las obras que tratan este problema, todas ellas parcialmente. Su enumeración será, por fuerza, breve.

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