Читать книгу Poesía digital. Deena Larsen y Stephanie Strickland онлайн

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Sin duda, estas dos obras de poesía digital táctil (poesía visual, tipográfica, sonora, juego sonoro) son sobre todo juegos: nos permiten manipular, destruir, recomenzar tantas veces como nos plazca, grabar imagen y sonido, trazar dibujos y garabatos, masacrar letras o construir máquinas que las manufacturen e incluso elaborar un circuito “e-letra-trónico”49 a nuestro gusto. Jugar es el sentido que tiene la obra. El significado es la mezcla del componente visual y sonoro, el ritmo del sonido y el ritmo del movimiento para la manipulación creativa del poema.

En este caso, el medio electrónico posibilita la relectura infinita del poema pero cada relectura es una obra nueva y, por tanto, el lector participa plenamente de ella. Esta lectura-juego de la poesía de Piringer a través de los dispositivos móviles evoca los aspectos originales de la poesía sonora y visual: lo efímero, la aleatoriedad, lo antiacadémico alejado del intelectualismo y lo lúdico. El móvil y la tableta son, en este caso, el espacio potencial de la performance virtual, de una performance, eso sí, diferida en el tiempo, en el espacio, efímera pero recuperable en parte. Y aunque se pierde la posibilidad de compartir el tiempo y el espacio en directo, el espectáculo ha tenido lugar para el lector que, además, ha formado parte de éste. El caso de Piringer es un magnífico ejemplo para la reflexión sobre como se influyen literatura electrónica y soporte, y como esta ya “antigua” poesía digital esta evolucionando con rapidez. Admitir que el soporte en el cual la encontramos es algo que afecta a la obra literaria en aspectos esenciales puede significar aceptar que los lectores sufrimos un proceso de identificación de la obra con su soporte, del cual es difícil sustraerse. Por ejemplo, la última creación de Piringer es Tiny poems50, poemas concretos mínimos para dispositivos móviles en general, pero más concretamente pensados para la última invención de Apple, el reloj AppleWatch. Com vemos, el soporte digital, también orienta al artista de alguna manera y, sin duda, conforma la obra en algunos aspectos.

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