Читать книгу Conservación en la Patagonia Chilena. Evaluación del conocimiento, oportunidades y desafíos онлайн

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Por otra parte, la meta de Aichi, además de señalar una meta del 17% de protección de los ecosistemas terrestres (UN-CBD, 2010), considera todos los niveles de organización de la biodiversidad, por lo cual también es relevante analizar la representación de las especies de flora y fauna presentes dentro de la red de áreas de protección. Se analizaron los MDE en dos grupos: flora (plantas vasculares) y fauna (mamíferos, aves, reptiles y anfibios). Finalmente, la riqueza de especies de los dos grupos se agrupó en deciles y se calculó la superficie dentro de las áreas del SNASPE.

4. RESULTADOS

4.1. Revisión bibliográfica

Se identificaron y revisaron 12 documentos referidos a los ambientes terrestres y marinos de la Patagonia chilena (Tabla 1). Estos documentos presentaban análisis de representación o vacíos de conservación de ambientes terrestres, tanto para la Patagonia chilena, como a escala nacional. De los documentos analizados, 10 abordan el sistema terrestre y 2 al sistema marino. Los documentos que analizan al sistema terrestre son principalmente informes técnicos desarrollados a escala nacional (Ramírez de Arellano, 2007; Geobiota Consultores, 2011) y solamente un artículo científico, se enfoca en la Patagonia chilena (Martínez-Harms y Gajardo, 2008). El resto de los trabajos corresponden a la identificación de prioridades de conservación y al análisis de la representatividad del SNASPE, considerando además a otras categorías de protección (e.g., iniciativas de conservación privadas, Santuarios de la Naturaleza, Bienes Nacionales Protegidos).

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