Читать книгу El no alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo онлайн

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En la sección de perspectivas nacionales, el ex secretario general de la OEA y hoy senador chileno José Miguel Insulza nos entrega su visión de primera mano del ingreso de Chile bajo el gobierno de Salvador Allende al Movimiento de Países No Alineados (NOAL). Como joven funcionario diplomático estuvo en la histórica Cuarta Cumbre del NOAL en Argel en septiembre de 1973, realizada en vísperas del golpe de Estado en Chile el 11 de ese mes. Fue en Argel que el NOAL dio el paso de un movimiento más bien político a uno que pondría el acento en las reivindicaciones económicas del Tercer Mundo, particularmente de los llamados a un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI). No deja de ser emblemático que el Chile de entonces, continuando una larga tradición de una política exterior de Estado, de mantener una posición independiente, al margen de las grandes potencias, haya formalizado su ingreso al NOAL en ese encuentro.

Por razones diferentes, el caso argentino es de especial pertinencia analítica para la conceptualización del NAA. Si hay alguien en la región que fue pionero en planteamientos en esa línea, incluso antes de la creación del NOAL, fue Juan Domingo Perón. Su articulación de lo que él denominó la “Tercera Posición”, abrió brecha en la materia. Ese es el tema que aborda el excanciller argentino y hoy ministro de Defensa Jorge Taiana en su capítulo, “Argentina y la Tercera Posición”, recordando que Argentina también se incorporó al NOAL en la Cumbre de Argel. Serían dos constantes en la política exterior argentina, la búsqueda de autonomía y la de la integración latinoamericana, las que harían al NAAespecialmente atractivo para Argentina.

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