Читать книгу Antropologías feministas en México. Epistemologías, éticas, prácticas y miradas diversas онлайн

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El cuarto capítulo de esta sección ha sido preparado por Georgina Méndez, quien es una joven académica de origen Ch’ol con una importante trayectoria de trabajo con diferentes organizaciones indígenas. Su texto “Mujeres indígenas el poder de la palabra y la escritura para una militancia en el presente” es una apuesta por la palabra y la agencia de las propias mujeres indígenas, con el énfasis colocado en las propuestas, narrativas y estrategias del activismo feminista de dos organizaciones de mujeres indígenas: la Escuela de Formación de Mujeres Líderes ‘Dolores Cacuango’ de Ecuador y el grupo de Mujeres Mayas KAQLA, de Guatemala, en particular en lo que toca a la capacitación y la formación de cuadros de mujeres indígenas. Retoma las propuestas de Joanne Rappaport (2005) cuando afirma que las tradiciones orales y escritas de las mujeres indígenas pueden ser consideradas como la militancia del presente, que dan continuidad a la memoria de las comunidades indígenas.

Cerramos con el capítulo “Devenires feministas de mujeres jóvenes en México”, de Nadia Rosso, la más joven antropóloga feminista que escribe en esta sección. El objetivo principal que se propone es acercarse a la identidad discursiva y a la narración de lo que se denomina como el devenir feminista de siete mujeres jóvenes. Se trata de un texto interesante que da cuenta de una de las nuevas estrategias metodológicas utilizadas en la antropología: el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) como fuentes de información. El corpus de las narrativas personales de las mujeres que aceptaron participar en su pesquisa fue obtenido a partir del uso de las redes sociales y de manera virtual. Con esta forma de aproximación se separa de las que considera perspectivas adultocéntricas feministas, las cuales niegan o desconocen que las feministas jóvenes son actoras centrales de los feminismos en todas las latitudes. Afirma que la apropiación de las redes sociales por parte de las mujeres ha significado una toma de la palabra y con ello un quiebre en la organización del poder patriarcal que niega el uso de la palabra a las mujeres –en especial algunas mujeres: lesbianas, racializadas, empobrecidas. Concluye señalando que la presencia y visibilidad de feministas en las redes ha escalado casi exponencialmente: perfiles, personajes, colectivas, páginas que dan foro a la expresión de ideas censurables por el poder. La autora concluye que la identificación de estas mujeres como feministas jóvenes no sólo transforma su propia identidad –incluida la identidad de género– y con ello la forma de vivirse en el mundo, sino también la forma de interpretar y entender todo su entorno.

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