Читать книгу Pasados presentes. Tradiciones historiográficas en la musicología europea (1870-1930) онлайн

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Aquests còdexs i fragments que descrivim formen el tresor musical únic que servem escrit de la Catalunya antiga. Ells ens duen el ressò d’aquests bells cants amb la influència dels quals es va formar espiritualment la nissaga catalana vella de més de mil centúries. Els músics i els literats més eminents de la Catalunya dels segles X-XIII tingueren en llurs mans aquests manuscrits i d’ells se serviren per cantar las lloances del Crist i la grandesa de la Pàtria. Això vol dir, com els hem d’estimar i com sabrà tothom guardar-los. Feliç el poble que havent perdut els còdex preats, pot i sap encara recollir i venerar tantes engrunes! (Anglés, 1935: XVII).

La paradoja de la simultánea ideologización nacionalista de la historia con el desarrollo de un método que reclama con énfasis un estatuto objetivo y científico ha sido subrayada con frecuencia en los estudios acerca del desarrollo de la historiografía del siglo XIX en general, así como de la musicología histórica en particular. Es este, desde luego, el caso de los fragmentos que acabamos de citar, en los que la grandeza de la patria y la alabanza cristiana se invocan como unidad fundadora de una milenaria estirpe nacional, una ancestral «nissaga catalana vella de més de mil centuries» (!) encarnada en estos cantores cuyas reliquias vienen a ser los mismos códices, trazas o engrunes, rescatadas piadosamente por el historiador. Como vemos, la precisión positiva de la argumentación deja paso al mito de los orígenes remotos de la patria, instancia primera y fundacional. Religión, pueblo y cultura son las categorías fundamentales, introducidas con una retórica mística y emocional, de este mito romántico de lo medieval como paraíso perdido de la unidad espiritual de la nación y que remite al discurso político de figuras como la del obispo Josep Torras i Bages, defensor de un catalanismo regionalista rural y reaccionario.ssss1 Esta esencia mítica pervive, por utilizar un término caro a Anglés, como substratum de una cultura popular campesina cuya memoria recuerda, para el que sepa auscultarla, la mezcla primera entre canto autóctono y foráneo. La cultura musical viene interpretada así desde esta oposición binaria en la que las aportaciones externas quedan siempre marcadas respecto a la categoría de lo propio autóctono: categoría primordial y axiomática en la que lo foráneo aparece por definición como suplemento. Previamente, Cataluña ha sido delimitada en términos unitarios y uniformes frente a Castilla, lo que implica la interpretación de las fuentes aragonesas como subalternas, al considerarse «la cultura aragonesa medieval com una branca de la catalana» (Anglés, 1935: XVII). En la configuración de lo autóctono, la existencia de una escritura distintiva (notación catalana) da lugar asimismo a la infructuosa búsqueda de un «dialecte gregorià al nostre pais com P. Wagner l’ha pogut assenyalar per als manuscrits alemanys» (Anglés, 1935: 203). Un poco antes se plantea la cuestión de la identidad de forma explícita:

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