Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн
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El 13 mayo de 1972, una semana después de que Franco presidiera en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid la XV Demostración Sindical, tuvo lugar en Barcelona la III reunión de la CPAC con una representación cercana a los sesenta delegados. Como ya era habitual se nombraron las nuevas adhesiones a la Asamblea, encabezadas por PCE(m-l), Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP), Partido Carlista Catalán (PCC), Grupos de Acción Carlista, y las organizaciones sindicales SOC y USO. También se comunicó la puesta en marcha de nuevos núcleos activos vinculados a la Asamblea en la Conca de Barberà y la reciente constitución de la Asamblea Democrática del Vallés Oriental junto con la Asamblea de las Terres Lleidatanes.
Sin duda, la lucha ejemplar del pueblo vietnamita en su esforzada lucha por la liberación nacional acaparó el centro del debate, encontrando algún cierto paralelismo con la coyuntura catalana y definiendo ambos objetivos como un sentimiento inalienable en la ordenación libre y democrática del pueblo catalán. Ante la escalada imperialista en Indochina, de nuevo se ratificó el contenido del telegrama enviado a la Conferencia de Versalles. En esta reunión destacó la constitución del Grupo de los No Alineados que se autodenominaban como una línea clandestina paralela al movimiento de las comunidades de base, que se movían abiertamente en el mundo religioso civil de Cataluña. La influencia que tuvo este grupo dentro de la Asamblea ha tenido diversas versiones, pues, si bien Josep Dalmau afirma que los estudios que se han publicado por la Asamblea sobre esta organización han sido terriblemente parciales e interesados e incluso silenciados, de lo que no cabe duda es que querían estar presentes activamente en ella y luchar por sus objetivos291.