Читать книгу El ocaso de los dominios valencianos de los Medinaceli. El tránsito del antiguo régimen al liberalismo en los estados señoriales de Segorbe, Dénia y Aitona онлайн

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Sin embargo, la etapa de máxima expansión territorial de la Casa nobiliaria coincidió con su momento más crítico. El IX duque de Medinaceli, como antes lo había hecho su padre, ostentó algunas de las más altas responsabilidades de Estado. Con el rey Carlos II, Luis Francisco de la Cerda fue embajador en la Santa Sede, virrey de Nápoles y miembro del Consejo de Estado; con el primero de los Borbones desempeñó el cargo de primer ministro. Complejo cargo el de la dirección de un Estado, que se torna extremadamente peligroso cuando las circunstancias son excepcionales, como lo fueron las provocadas por la guerra que asoló España y parte de Europa entre 1701 y 1713. En pleno desarrollo de la contienda, Felipe V ordenó encarcelar al duque de Medinaceli en el alcázar de Segovia, pero fue trasladado posteriormente al castillo de Pamplona, donde falleció en 1711. Las razones del encarcelamiento de Luis Francisco de la Cerda son un enigma porque nunca se le acusó formalmente, aunque su posición contraria a la creciente influencia francesa en la corte española debió de influir poderosamente para explicar su trágico final.ssss1 Por falta de pruebas que demostrasen la supuesta traición, por miedo a las repercusiones que podría tener entre la élite aristocrática o, simplemente, por la necesidad de mantener la estructura de la sociedad estamental, Felipe V no aprovechó las circunstancias para incorporar a la Corona las extensísimas posesiones de la Casa de Medinaceli. De hecho, permitió que la sucesión en los estados pasase a una rama colateral de la familia del duque.


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