Читать книгу Un mundo para Julius онлайн

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Ellos esperaron en el auto mientras Carlos iba a traer a San­tia­guito. Lo encontró en el bar y estuvo largo rato tratando de conven­cerlo de que tenía que volver a casa, de que sus hermanos se estaban cayendo de sueño. Por fin pareció que iba a ceder pero cuando llegó el momento de pagar el mozo dijo que esos tragos ya estaban pagados, que el papá del joven los había pagado. Entonces sí que se ar­mó la grande, Santiaguito gritó que el alcahuete ese no era su padre, que él lo iba a parar, que lo iba a matar, que su madre era sa­grada y un montón de cosas más por el estilo hasta que empezó a llorar y se cayó al suelo. Carlos lo cargó hasta el auto; ahí todavía si­guió pataleando y maldicien­do un rato. Julius dijo que estaba loco pero Bob­by le dijo que no, que estaba borracho por lo de mamá.

La primera carta de Boston llegó una semana más tarde y venía dirigida a Julius. Vilma se la leyó pésimo.

Querido Julius:

¿Cómo estás? ¿Me extrañas? Yo sí te extraño mucho. Ma­mita y yo siempre pensamos en ti. Ella dice que tú ya de­berías estar en el colegio y que en cuanto llegue a Lima te mandará al In­maculado Corazón para que aprendas inglés. Mamita dice que es necesario que aprendas inglés y que apren­­das a leer de una vez. Dice que estás muy atrasado en todo y que le va a escribir a la tía Susana porque ella tiene la dirección de la señorita Julia para que la señorita Julia vaya a darte clases a casa. Yo le he dicho que tú ya sabes leer bastante pero ella no me cree y dice que te pasas todo el tiempo ju­gando en la carroza y en el huerto con los mayordomos y con Vilma. Pórtate bien hasta que regresemos porque mami­ta está bien preocupada por ti.

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