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La casilla única implicó que se ampliara el número de integrantes de cada mesa directiva, pues si antes bastaba con cuatro propietarios (presidente, secretario y dos escrutadores), se pasó a requerir seis (presidente, dos secretarios y tres escrutadores).

Este cambio, que parece menor, supuso para el INE la obligación de capacitar a más gente y realizar mayor cantidad de tareas. Más aún porque a partir de 2014 ha tenido que tocar a la puerta no al 10% sino al 13% de los ciudadanos de la lista nominal, lo que implica visitar a 30% más ciudadanos. Y en la casilla única se debe contar con 50% más de ciudadanos como funcionarios de casilla. Además, que haya casilla única implica que el capacitador ya no sólo debe estar preparado para transmitir la información sobre los comicios federales sino también acerca de los estatales; los funcionarios de casilla estarán a cargo de dos elecciones distintas; las boletas y actas pueden ser diferentes debido a la participación de partidos locales, candidaturas comunes y candidaturas independientes; la capacitación se tiene que dar con más detalle por las particularidades de cada elección, y la coordinación en la mesa es más compleja debido al aumento tanto de funcionarios como de representantes de partidos y de candidatos independientes.


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