Читать книгу Lecciones sobre economía mundial. Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales онлайн

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En tercer lugar, la generación del PIB comporta costes ambientales que no son contemplados en el PIB y que se expresan en forma de emisiones, residuos o agotamiento de recursos. Parece razonable demandar una valoración neta de la actividad económica, restando al valor de los bienes producidos, los costes ambientales a los que se hubiese dado lugar. Sin embargo, esto no sucede y, de este modo, se asume una valoración parcial y sesgada de lo producido. Dada la importancia creciente adquirida por los costes ambientales derivados de la actividad económica, se han generado diversas propuestas tendentes a corregir esta carencia (véase al respecto la ssss1).

En cuarto lugar, el PIB evalúa los bienes y servicios finales dirigidos al mercado, de modo que se excluyen aquellas actividades que se realizan al margen del circuito mercantil, aun cuando satisfagan necesidades altamente valoradas. Por ejemplo, una parte importante de la actividad productiva en los países más pobres se desarrolla en el marco de una economía familiar de subsistencia, sin que parte de esas actividades lleguen a incluirse adecuadamente en el PIB. En idéntico sentido, y con un grado mayor de generalidad, el PIB no contempla los gastos reproductivos y los cuidados en materia de salud dispensados en el seno de la propia familia, como es el caso del trabajo ligado a la maternidad y al cuidado de los hijos, que han venido desarrollando tradicionalmente las mujeres sin que se evalúe su esencial contribución al bienestar agregado. En esta carencia se fundamenta una de las críticas que las feministas realizan a la contabilidad nacional por su falta de perspectiva de género (ssss1).

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