Читать книгу Una arquitecta del cambio social desde el activismo y las políticas públicas. Testimonios de rutas compartidas con Isabel Martínez Lozano онлайн
113 страница из 123
En esta lucha, que ni fue ni será fácil, las mujeres tienen un papel primordial. Ellas han venido representando el principio de vida (Eros) frente al principio de muerte (Tanatos), la creación y las decisiones deliberativas frente a la destrucción, la violencia, y el engaño. Cada vez más, se niegan a estar sometidas o subordinadas a sus compañeros varones. De un modo u otro, casi todas las sociedades conocidas han sido sociedades patriarcales. Y casi nadie suele ceder sus privilegios de buen grado. Por eso, una parte de los hombres reaccionan contra ellas, las agreden, las matan. Por eso, las mujeres suelen estar a la cabeza de muchos movimientos sociales, y no solo de los movimientos feministas. Con formas de movilización y protesta más originales y mucho menos violentas que las de los hombres, pero de mayor calado, por cierto.
Por supuesto, no todos los hombres son iguales. Afortunadamente, muchos no se(nos) identifican (mos) ya con esas masculinidades tóxicas y liberticidas y se(nos) suman a su causa. Lo llamativo es que sea en las sociedades occidentales, cuna de los derechos humanos y de los movimientos feministas, donde desde un tiempo a esta parte hayan aparecido movimientos sociales y partidos políticos que enarbolan la bandera del antifeminismo. No los infravaloremos. No son casuales. En un mundo azotado por varias crisis simultáneas, y con tanta gente desorientada y situación precaria, siempre habrá quien trate de señalar chivos expiatorios y sacar ventaja de ello.