Читать книгу Una arquitecta del cambio social desde el activismo y las políticas públicas. Testimonios de rutas compartidas con Isabel Martínez Lozano онлайн
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La pandemia ha cuestionado el modo en que las sociedades occidentales abordan el cuidado de sus mayores. Ha puesto de manifiesto no solo la crueldad con que se les ha atendido en las primeras y explosivas fases de la enfermedad sino el inaceptable edadismo, manifiesto o subyacente, que impera en ellas. Se imponen modificaciones culturales para acabar con los estereotipos que les penalizan, cambios legales para terminar con las discriminaciones que aún existen contra ellas y ellos, y modificaciones sustanciales en las políticas públicas que les afectan. Las personas mayores son muchas, son cada vez más y son muy diversas. Dentro de diez años llegarán (llegaremos espero) al 30% de la población. La sociedad debería replantearse el modo en el que las personas mayores se desenvuelven en su seno y contribuyen a su desarrollo. Estas personas deberían (deberíamos) participar activamente en ese replanteamiento. En particular habría que fomentar la autonomía y cambiar el modelo de atención dominante a las personas mayores que la necesitan y a sus familias. Esta atención no puede seguir basada, como hasta ahora, en el trabajo invisible de las mujeres, esposas, hijas y cuidadoras informales –muchas de ellas inmigrantes irregulares–. Hay que fortalecer una atención comunitaria integral, organizada de una forma lo más integrada posible, prestada mayoritariamente en el lugar de vivienda habitual y, solo por propia elección o cuando sea indispensable, en residencias económicamente accesibles, probablemente más pequeñas, mejor equipadas, con personal más profesionalizado y con capacidad de acceso a una atención sanitaria de calidad como la de cualquier otro ciudadano. El paternalismo, la dispersión, la descoordinación y la segmentación de las políticas públicas dirigidas a las personas mayores deberían ser revertidas cuanto antes. Así como el afán de lucro y la creciente influencia de los grandes grupos empresariales en el mundo de las residencias sociales. De ese modo, los recursos disponibles podrán aplicarse con más sentido humano, con mayor efectividad y eficiencia.