Читать книгу Una arquitecta del cambio social desde el activismo y las políticas públicas. Testimonios de rutas compartidas con Isabel Martínez Lozano онлайн
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En pleno siglo XXI, las mujeres seguimos estando infrarrepresentadas en todos los ámbitos de la sociedad, y seguimos estando mucho más expuestas a las crisis, como ha vuelto a poner de manifiesto la pandemia de la COVID 19 que ha aumentado la desigualdad entre hombres y mujeres, ampliando la brecha digital, la desprotección social, el rol y la responsabilidad atribuida de los cuidados, y la violencia de género entre otros factoresssss1. Más expuestas por tanto a los efectos de las crisis, pero insuficientemente tenidas en cuenta en las mesas donde se toman las decisiones para responder a ellas. “Conquistar la mitad de cielo y la mitad del poder” ha sido uno de los grandes lemas de los movimientos feministas que todavía hoy está vigente. Afortunadamente hemos avanzado mucho en los últimos años gracias a las políticas de acción positiva, de cuotas, y de democracia paritaria. Acciones e instrumentos empujados en nuestro país por mujeres feministas, muchas de ellas socialistas, de cuya lucha nos hemos beneficiado todas. En uno de esos procesos conocí a Isabel Martínez. Eran los tiempos de Joaquín Almunia, el candidato que llevó a las elecciones un programa electoral ambicioso en el que aparecían políticas innovadoras que muchos años después verían la luz. Isabel, en aquel entonces en el equipo de Micaela Navarro trabajó intensamente para consolidar, en los estatutos del partido, el concepto de democracia paritaria todavía hoy vigente en el artículo 286 de los estatutos del PSOE, un concepto que pretende consolidar no sólo representatividad política proporcional a la sociedad (ni más del 60 ni menos del 40 por ciento de un género u otro) sino, el liderazgo de las mujeres en los ámbitos de poder. Un objetivo histórico, liderado en el partido por mujeres como Carlota Bustelo, Matilde Fernández y tantas otras a las que les debemos hoy su empuje por la política de cuotas que tanto han beneficiado a la igualdad y la democracia. Un gran equipo de mujeres feministas que trabajaron también para colocar en el programa electoral del 2000 el compromiso de elaborar una “Ley de contenido integrador para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres”, muy demandada por organizaciones feministas y que años más tarde bajo el gobierno del presidente Zapatero vería su luzssss1. Una ley integral contra la violencia de género votada por unanimidad en el parlamento, que todavía hoy debe seguir desplegándose y dotándose de recursos pero que ha conseguido colocar en el corazón de la agenda política, una lacra criminal que sigue azotando insoportablemente a las mujeres. Hoy tenemos más instrumento que nunca antes para luchar contra ella, pero también tenemos nuevas amenazas. Amenazas de quienes sentados en los escaños del poder niegan la existencia de una violencia ejercida vilmente contra las mujeres por el hecho de serlo.