Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн
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Una tercera, socialmente denigrante como la de los analfabetos y los pobres, es compartida con la dependencia de las mujeres hacia los hombres.
Estas últimas no pertenecen al orden de la naturaleza. Pertenecen fundamentalmente al orden de la cultura y han sido pacientemente construidas a través de los siglos por sabios y pensadores que erigiéndose en representantes de un orden divino y de una verdad indiscutida condenaron a la mujer a una situación de subordinación.
Este continuo, sutil e intencionado trabajo obtuvo su broche de oro cuando las sociedades comenzaron a normativizar el funcionamiento de sus miembros al salir de los regímenes feudales e incluyeron en sus legislaciones normas precisas que subordinaban la mujer al hombre en lo social, cultural y económico.
El código civil argentino, heredero del código romano y napoleónico, ubicó a la mujer junto a los niños y los discapacitados en una total dependencia del hombre (de su padre primero y de su marido después).
Recién en 1968 la modificación del Código Civil Argentino incluyó a la mujer como sujeto jurídico.