Читать книгу Un mensaje de @Dios para ti. Lecturas devocionales para jóvenes онлайн
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—Si le pusiste nombre a mis hermanas, debes ponerme uno a mí también.
¡No me esperaba esa respuesta!
—Bueno —le dije—, ya te asigné uno igual que a ellas, y como no te gusta debes elegir uno nuevo ahora.
Se negó rotundamente.
—Tú eres mi papá y debes ponerme un nombre.
Así que le propuse «Dolores». Escandalizada, me preguntó el porqué de ese nombre. Le dije que Dolores le quedaría bien, porque se estaba quejando demasiado. ¿Sabes qué paso? Decidió quedarse con su nombre original y hoy se siente orgullosa de llamarse Paola Andrea.
Ponerle nombre a un recién nacido es tarea de quienes le anteceden, especialmente los progenitores. También es una señal clara e inequívoca que indica jerarquía y autoridad de quien pone el nombre sobre quien lo recibe. Por eso, Dios presentó ante Adán todos los animales de la tierra para que les pusiera nombre y por eso es Dios quien nos ofrece un nombre nuevo a ti y a mí. Y a Dios, ¿quién le puso el nombre? Bueno, nadie le pudo poner nombre a Dios, porque la Biblia dice que él es eterno y esa palabra significa «perpetuo, que no tiene ni principio ni fin» (ver Salmo 90: 2). ¡El @Dios eterno es nuestro amigo y Salvador! Comencemos el día pidiendo su dirección.