Читать книгу Elige solo el amor: La relación divina. Libro VI онлайн
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Agradecemos a los caminos recorridos con todo lo que nos han regalado. Bendecimos el pasado y toda la historia, nuestra y de toda la humanidad. Honramos los senderos de la vida y los dejamos atrás.
Giramos suavemente nuestras cabezas y miramos con la santidad de nuestros ojos, todo lo vivido, el amor recibido, y el milagro de la vida. Nos quedamos solo por un instante contemplando esta visión. Y luego, nos despedimos para siempre de lo que vemos. Y con una sonrisa afable decimos en el silencio del corazón:
“Gracias Padre por darme la vida. Gracias por ser como eres, pura misericordia, pura compasión.
Gracias, caminos de mi vida por traerme hasta aquí, donde puedo morar por siempre en la dulzura del amor. Os dejo con mi bendición para seguir ahora por esta nueva senda, en cuyas puertas me encuentro porque vosotros mismos me habéis dejado aquí ya que no podéis venir conmigo. Os bendigo en el nombre del amor”.
Tras haber bendecido todo lo vivido, conocido, prendido y experimentado, lo dejamos ir para siempre y comenzamos entonces un nuevo camino, sin pasado, si planes, sin ideas preconcebidas. Nos dejamos llevar por la gracia de Dios.