Читать книгу Elige solo el amor: La relación divina. Libro VI онлайн
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¡Amado de los ángeles del cielo! ¡Pureza de Dios hecha humanidad! Nosotros, tus hermanos creados desde siempre para servir al altísimo, te amamos con un amor angélico, un amor que no tiene principio ni fin, el amor de la santísima trinidad.
Nos queman las ansias de incendiarte en el fuego santo del conocimiento de Dios. Somos llama de amor vivo. Nos unimos a tu luz y, unidos, nos fundimos en una nueva luminiscencia, cuyo fulgor procede de la fuente de toda luz, tal como del sol procede el tenue resplandor de la luna.
¡Oh, amado mío! ¡Amado de todo lo que es verdad! Milagro viviente del creador. Se nos hace imposible la sola idea de existir sin ti. Sabemos, porque lo sabe nuestros corazones, que el cielo no sería cielo sin tu presencia. Si no hubieras hecho la opción por el amor, la creación habría quedado teñida de un color un poquito oscuro, el cual el Padre no ha creado y no forma parte de su paleta de colores santos.
¡Cuánto te amo, luz de mis ojos, belleza santa! Todo nuestro ser se estremece ante tu presencia porque en ti vive nuestro Cristo amado. A él, todo poder, toda gloria y toda alabanza. A él, todo honor.