Читать книгу Elige solo el amor: La relación divina. Libro VI онлайн
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La voz se hace imagen y se muestra en símbolos visibles para el espíritu. Lo visto luego es puesto en palabras escritas y grabado por mi voz humana, para que también quede plasmado en la palabra dicha. Cada sesión viene a mí de esa manera. La secuencia es la siguiente: recibo las imágenes que el coro presenta, luego el coro se retira, los arcángeles Rafael y Gabriel quedan como custodios, o presencias amorosas, hasta que es transcripto el mensaje o la sesión en cuestión.
El glorioso arcángel Rafael es quien guía la transcripción, permitiendo que se reciba el mensaje y que lo mostrado se pueda pasar de imagen a palabra. El arcángel Gabriel es custodio amoroso de todo lo que atañe a la obra; no solo en referencia a la manifestación en sí y a los escritos, sino a todo lo que de ellos surge y surgirá.
Los mensajes, o sesiones, me son mostrados como en un cuadro de gran belleza en el que cada forma (que no tiene forma) es en sí una voz, un “sonido-imagen”. Es como el tañido de un arpa que se hace palabra. Este es una vibración de música celestial cuya frecuencia no es como la de los sonidos del mundo. Es una especie de “vibración- frecuencia” que el alma conoce perfectamente bien y que con perfecta certeza reconoce como la voz del cordero de Dios. Una vez que todo es transcripto, en palabras escritas y dichas, entonces el coro se presenta en toda su gloria una vez más, como si vinieran a buscar a los santísimos arcángeles Rafael y Gabriel, y todos juntos se retiran cantando un hosanna al Cristo de Dios.