Читать книгу La tiranía del mercado. El auge del Neoliberalismo en Chile онлайн

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En el Ensayo I, Cristi se refiere también a la idea de Orden Público Económico (en adelante denominado indistintamente OPE), como expresión del neoliberalismo en la Constitución de 1980. La crítica de Cristi no considera que existe una versión del OPE que adquiere ribetes pro Estado, y tampoco considera la discrecionalidad, ni el confusionismo que deriva de esta noción de OPE. Es de notar especialmente en esta parte de la obra de Cristi los párrafos que dedica a mostrar los errores de Cristian Gazmuri. Según Cristi, Gazmuri se equivoca en negar la influencia de Schmitt sobre Guzmán y en decir que no habría existido una conexión temprana de Guzmán con la dictadura.

El libro de Cristi, en su Ensayo II, trata del carácter central que adquiere el diario El Mercurio en la difusión de las ideas que dan sustento a la dictadura militar que se instala en Chile en 1973. En esta sección se muestra cómo El Mercurio expande y combina las ideas conservadoras con las de la Escuela de Chicago que llegan a Chile para dar sustento al régimen de la dictadura militar. Este medio de comunicación social estructura una inteligente y eficaz alianza entre el tradicionalismo político, social y religioso con una versión del liberalismo económico. Muy buena es, en esta parte, la explicación de Cristi de la idea de poder social (hoy sociedad civil) que contiene el corporativismo gremialista de Jaime Guzmán y que se expresa en diversas intervenciones en la Comisión Constitucional y que tiene como corolario la idea de distinguir entre una soberanía política y una soberanía social, una idea, según Cristi, de origen carlista. Así, el régimen de libertad económica que se consolida en Chile lo hace, no a pesar de la dictadura militar, sino en razón de esa dictadura. Esta es la «lección de orden» que, según Cristi, imparte El Mercurio en esos primeros años del régimen militar y que motiva, en último término, su ánimo refundacional. A este respecto puede parecer un tanto forzado atribuir al «carlismo» el ser un factor tan relevante y ser, por ejemplo, la fuerza ideológica de convencimiento de la Armada y otros participantes en la aventura de derrocar al presidente Salvador Allende. La verdad es que también la situación polarizada que se vivía en Chile, la crisis económica y social, y por cierto la intervención extranjera, particularmente de EE.UU., a través de la Escuela de las Américas y las acciones encubiertas de la CIA, tienen a mi juicio tanto o más incidencia que el carlismo en el golpe de Estado de 1973. En todo caso, Cristi tiene razón en argumentar que en el espectro y registro del limitado teclado ideológico en que se movía el pensamiento autoritario de Jaime Guzmán alrededor de los años setenta, el carlismo constituía una de sus teclas más recurrentes.

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