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¡Cuántas veces pretendemos dirigir nuestro destino creyendo que es lo mejor para nosotros! Sólo Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Hay que aprender a aceptar su Santa Voluntad, aunque a veces no la comprendamos.
7.
EL MURO
Las apariencias engañan, tengamos siempre confianza en Dios.
Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas cercanas a la que él se encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios de la siguiente manera:
“Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada para que no entren a matarme”. En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que él se encontraba, y vio que apareció una arañita. La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
“Señor, te pedí ángeles, no una araña”. Y continuó: “Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme”. Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y éste quedó esperando su muerte. Cuando estuvieron frente a la cueva en la que se encontraba el hombre ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación: