Читать книгу Tú comunicas. Los secretos de la comunicación a tu alcance онлайн
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Saludos.
Pues eso, poner en equilibrio las cosas que importan.
ssss1- Marçal Moliné. Malicia para vender con marca (14). Deusto.
EL DEPORTE DE PENSAR
Es poco habitual que la persona se retire a pensar. Carecemos de disciplina para reflexionar sobre lo que nos rodea, las conductas, los movimientos… Como mucho, tenemos opinión. Y la opinión se forja en el debate, al que sí nos abonamos con soltura. Hablamos en voz alta, para afuera. Pero poco sin voz, hacia adentro. Se diría que necesitamos una excusa para pensar. A veces nos sentamos a escribir, ahora que las redes sociales lo demandan es más usual, y nos salen ideas que ni siquiera sospechábamos. Otras, es en una conversación donde descubrimos nuestra opinión y conocimientos. No es infrecuente que, en esas ocasiones, las personas que conviven con nosotros exclamen perplejos: «¡No te conozco!, no sabía que tenías esa idea de las cosas, de la política, de las relaciones». Hablar, escribir, pensar, es darle vueltas a la misma cosa. Y algunas actividades lo potencian. Resulta paradójico, pero algunos corredores —no los que llevan los cascos en la oreja, esos no— utilizan su tiempo de ejercicio para darle vueltas a la cabeza. Es una distracción que hace más llevadero el esfuerzo, a veces lo camufla. Se corre una hora, dos, sin apenas consciencia del espacio y tiempo, solo dándole vueltas a una idea. Al regresar, no es raro lanzarse sobre el papel o el teclado para reflejar ese pensamiento que hemos ejercitado a la vez que el cuerpo, no vaya a ser que se volatilice. ¿Cuántas ideas soñadas y no anotadas hemos rebuscado al día siguiente sin encontrar? Más vale que, si tienes la suerte de que algo se te ocurra, lo apuntes. Porque ese momento es probable que no vuelva y tu luminosa idea se pierda como lágrimas en la lluvia, que decía el replicante de Philip K. Dick.